Sábado, un día especial - los mensajes evangélicos de la palabra de Dios


Sábado, un día especialSábado un día de curaciónSábado un día encuentro con DiosSábado el día de reposoSábado, un día de los milagrosJuan, capítulo 5
1 Después de esto había una fiesta de los Judios, y subió Jesús a Jerusalén.2 Ahora en Jerusalén por la puerta de las Ovejas, hay una piscina llamada en hebreo Betesda, que tiene cinco pórticos.3 En éstos yacía una multitud de enfermos, cojos ciegos, secos [esperando que el agua en movimiento.]4 [Para un ángel descendía en ciertas estaciones en el estanque, y agitaba el agua, por lo que el primero allí, después de que el movimiento del agua, sano de cualquier enfermedad que tuviese.]5 Ella estaba allí un hombre que, treinta y ocho años, estaba enfermo.6 Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que había hace mucho le pregunté, ¿Quieres ser sano?7 El enfermo le respondió: Señor, no tengo a nadie, cuando se agita el agua, que me meta en la piscina: pero mientras yo voy, otro baja antes que yo.8 Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho y anda.9 Inmediatamente el hombre fue, y tomó su camilla y se fue. Y aquel día era sábado.10 Y dijo a los Judios que había sido sanado: Hoy es sábado, y no es lícito llevar tu camilla.11 Pero él les respondió: El que me sanó, este me dijo: Toma tu lecho y anda.12 Ellos le preguntaron: ¿Quién es el hombre que dijo: Toma tu lecho y anda?13 Mas el que había sido sanado no sabía quién era, porque Jesús se había retirado, ya que hay mucha gente allí.14 Después le halló Jesús en el templo, y le dijo: He aquí, has sido sanado, no peques más, para que no te venga algo peor.15 fue eliminado, entonces el hombre, y le dijo a los Judios que era Jesús quien lo había sanado.
La vida a través del Hijo de Dios
16 Entonces los Judios perseguían a Jesús, porque él lo hizo el sábado.17 Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo.18 Por esta causa, los Judios aun más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el sábado, sino que llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose igual a Dios.19 Y él les dijo: Jesús: De cierto, de cierto os digo que el Hijo de sí mismo no puede hacer nada sino lo que ve hacer al Padre, porque todo lo que el Padre hace también el Hijo lo hace.20 Porque el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que él hace las obras y mayores que éstas le mostrará, para que vosotros os maravilléis.21 Porque como el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a quien quiere.22 Porque el Padre a nadie juzga, sino que ha dado todo el juicio dio al Hijo,23 para que todos honren al Hijo como honran al Padre que no honra al Hijo no honra al Padre que lo envió.24 De cierto os digo: El que oye mi palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a la vida.25 De cierto, de cierto os digo, que la hora viene, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que oyen vivirán.26 Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo;27 y le dio autoridad para juzgar porque él es el Hijo del hombre.28 No os maravilléis de esto, porque viene la hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz y saldrán29 los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida, y los que hicieron lo malo, a resurrección de juicio.30 lo que pueda de mí mismo hacer nada: como oigo, juzgo: y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.
Testimonios acerca de Jesús
31 Si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es verdadero.32 es otro testimonio que da testimonio de mí, y sé que el testimonio que da de mí es verdadero.33 Vosotros enviasteis a Juan, y él dio testimonio de la verdad;34 Yo, sin embargo, no recibió el testimonio del hombre: pero yo digo que vosotros seáis salvos.35 El era antorcha que ardía y alumbraba: y vosotros quisisteis gozar un poco de tiempo con su luz.36 Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan: porque las obras que el Padre me dio para llevar a cabo, las mismas obras que yo doy testimonio de mi parte para que el Padre me ha enviado.37 Y el Padre que me envió, ése ha dado testimonio de mí. Nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su aspecto;38 y no su palabra morando en vosotros, porque no creo que él ha enviado.39 Escudriñad las Escrituras porque vosotros pensáis que tenéis vida eterna, y ellas son las que dan testimonio de mí;40 pero vosotros no queréis venir a mí para tener vida!41 Yo no recibir el honor de los hombres;42 Pero yo sé que usted no tiene en vosotros el amor de Dios.43 Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís: si otro viniere en su propio nombre, a ése recibiréis.44 ¿Cómo podéis vosotros creer, pues recibís gloria los unos a los otros y no buscáis la gloria que viene del Dios único?45 No penséis que yo os acusaré ante el Padre: hay uno que os acusa, Moisés, en quien usted confíe.46 Porque si creyeran en Moisés, ustedes me habrían creído, porque él escribió de mí.47 Pero si no creéis a sus escritos, ¿cómo creeréis a mis palabras?


Era sábado y Jesús se dirigía a una fiesta. En el camino se detuvo en el estanque de Betesda, donde observó la multitud de los pacientes allí.Allí, en ese lugar se encontró con un hombre que estaba enfermo desde hace mucho tiempo.El Señor Jesucristo le preguntó al hombre si quería ser sanado. El hombre no respondió a la pregunta del Señor Jesús. El hombre, en lugar de responder a la pregunta del Señor Jesús comenzó a hablar de las dificultades que enfrentó para ser sanado.
Esto ocurre también a nosotros. ¿Cuántas veces tiene una necesidad y buscar la palabra de Dios que nos ayude. Aun cuando el Señor nos muestra la palabra que tanto no creen en busca de fuerza y ​​el poder que hay en la hermosa palabra de nuestro Dios y decidió prestar más atención a las dificultades y los desafíos de lo que cabe esperar y confiar en el gran poder de nuestro Dios.
Ahora! Ese hombre no estaba sufriendo por cuatro meses, pero hace casi cuarenta años. El hecho de que el hombre de estar allí ya se ha demostrado que, a pesar de las dificultades de la vida, que el hombre no había renunciado a la búsqueda de su curación. Pero había un problema en la búsqueda del hombre: él esperaba más de los hombres que el Señor.Ese hombre estaba poniendo sus esperanzas en un brazo más humano que en el brazo fuerte y poderoso del Señor. Todos sabemos que la fuerza humana no es nada ante el poder infinito y misericordioso de Dios. Todos sabemos que sólo nuestro Dios puede cambiar cualquier situación en nuestras vidas por más adversas que parezcan.
A pesar de las murmuraciones y las excusas de los hombres, porque el paciente no sabía con quién estaba hablando con él, el Señor Jesucristo, a pesar de las palabras de la paciente, se puede ver que el hombre deseaba ser sanado, y fue de nuevo el Señor Jesús el hombre y le dijo:
Levántate, toma tu lecho y anda. Juan 5:8
El Señor Jesús hizo un milagro maravilloso aquí:

9 Inmediatamente el hombre fue, y tomó su camilla y se fue. Y aquel día era sábado. Juan 5:9
El hombre fue sanado inmediatamente. El hombre fue sanado al mismo tiempo. Ese día era el mismo, ¿qué?
Domingo?Viernes?
¡No! Ese fue un maravilloso día del Señor. El día de reposo. No es el sábado, sino el día de reposo del Señor. Lo contrario sábado a lo que muchos piensan que es un día de prisión y la privación es en realidad un día de bendiciones, es un día que nos encontremos con nuestro Dios. Es un día apartado por Dios para que podamos recibir de él sus beneficios. Muchos beneficios, tales como: la libertad, la paz, el descanso, la curación, la restauración, el perdón, la contemplación de la naturaleza, la adoración, servicio a los demás, visitando enfermos de la reunión, con miembros de la iglesia, reunirse con amigos y familiares, el estudio de la Palabra de Dios. .. No es que él no hace milagros y sanidades en otros días de la semana, pero que él bendijo y santificó de una manera especial el sábado.
Acuérdate del sábado para santificarlo. Seis días le trabajarás y harás toda tu obra, mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios. En ese día no harás obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas.Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar y todo en ellos, y descansó el séptimo día: por tanto Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó.
Éxodo 20:4

25 De cierto, de cierto os digo que la hora viene, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que oyen vivirán. Juan 5:25
21 Por tanto, despojando a todo tipo de suciedad y todo vestigio del mal, recibid con mansedumbre la palabra implantada en ti, que es capaz de salvar vuestras almas.22 Pero sed hacedores de la palabra y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.23 Porque si alguno es oidor de la palabra y no hacedor de ella es como un hombre que mira su rostro en el espejo de la naturaleza;24 Porque él se consideró á y se marcha, y pronto olvida cómo era.25 Pero el que mira atentamente en la perfecta ley de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en su hecho. Santiago 1
¿Cuántas personas están atrapadas en el mundo del pecado y el mundo de engaño.¿Cuántas personas están luchando con situaciones que podrían ser fácilmente eliminados sólo por la presencia del Señor en sus vidas. ¿Cuántas personas no están enfermas y muertas psicológica y espiritualmente y se encuentran en necesidad de un milagro en sus vidas.
Así que la palabra de nuestro Dios nos guía que no sólo tenemos que escuchar sus palabras, sino ponerlas en práctica constantemente por lo que recibimos de nuestro Dios todos los beneficios que necesitan. La Palabra es clara: si escuchamos la Palabra de Dios y no poner en práctica nos engañamos a nosotros mismos y no vamos a tener éxito en nuestros esfuerzos.
3 Y en esto sabemos que conocemos si guardamos sus mandamientos.4 El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos es un mentiroso, y no es cierto;5 Pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado. En esto conocemos que permanecemos en él;6 El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.
1 Juan 2
Ahora! Si decimos que sabemos que el Señor Jesús, Cristo, escuchar y practicar el amor de nuestro Dios nos guía:

24 De cierto os digo: El que oye mi palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a la vida. Juan 5:24
47 Pero si no creéis a sus escritos, ¿cómo creeréis a mis palabras? Juan 5:47
Amén y gracias a Dios. Estancia en la paz del Señor Jesucristo.

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